El panorama del mercado inmobiliario en 2023 estará marcado por una reducción en la oferta de alquiler, un crecimiento moderado en la contratación de hipotecas variables y una estabilización en el precio de la vivienda.
Los bancos han endurecido las condiciones para las hipotecas fijas, lo que ha llevado a un aumento en la contratación de hipotecas variables.
Además, se espera un descenso de entre el 15% y el 20% en la oferta de alquiler debido a las restricciones impuestas por el Gobierno.
El sector de la construcción enfrenta desafíos, como la falta de mano de obra cualificada y los precios en aumento de las materias primas, pero la sólida demanda podría impulsar el sector.
La inversión en activos no-residenciales seguirá creciendo, pero con moderación.
La vivienda seguirá siendo un valor refugio y el interés en las viviendas de inversión, reposición y extranjeras aumentará.
La sostenibilidad será un factor clave en la selección de un inmueble, y el número de operaciones de compraventa estará ligeramente ajustado debido a la subida de los tipos de interés.